Es un residuo corrosivo, explosivo o nocivo, catalogado como peligroso que representa un riesgo para la salud humana, los recursos naturales o el medio ambiente.
Los residuos peligrosos generados por alguna actividad empresarial se tienen que gestionar según la normativa aplicable al residuo.
No deposite en ningún caso este residuo en el contenedor de resto, puesto que necesita un tratamiento especial y se debe depositar en los puntos específicos para su gestión, como los puntos limpios.
Los residuos peligrosos se asocian a problemas de salud humana y animal como el cáncer o problemas cardio-respiratorios, cambios metabólicos y hormonales, daños al sistema nervioso central, al sistema inmunológico y al sistema reproductor, desórdenes en la piel y daños al hígado.
Otros impactos que tienen estos residuos peligrosos son los impactos medioambientales, por ejemplo, los envases que contienen restos o se desechan sin estar terminados y acaban en el vertedero pueden producir un aumento de la peligrosidad de los lixiviados (se aumenta la DQO) y también pueden contaminar suelos y acuíferos si se eliminan en la naturaleza.
La gestión adecuada de estos residuos evita desastres a corto, medio o largo plazo en la salud de los seres humanos y medio ambiente.
Existen iniciativas de gestores de residuos para aprovechar los residuos peligrosos y obtener subproductos, por ejemplo:
- A partir de aerosoles se obtienen gases que se utilizan como combustible.
- Los envases con restos de pintura se lavan para volver a reutilizarlos y reciclarlos, y los restos de pinturas y disolventes se gestionan con otro tratamiento diferente.